ENTRE EL ABSURDO Y EL GROTESCO

      La acción  pierde toda  lógica  convirtiéndose por momentos  en una estructura circular. Asimismo, los hechos y las palabras se contradicen.  La ambigüedad está presente como una constante y los diálogos se vuelven triviales. El lenguaje se desintegra en un solaz sonoro  sin contenido y el silencio gana protagonismo.    

       Por otro lado, el grotesco  revela las máscaras sociales  que evocan  lo trágico y lo cómico apelando  a esa  risa   ahogada  entre el desasosiego o el dolor  de un lenguaje mixturado y  peculiar.  Asimismo, lo  característico de este género  suele darse por  una búsqueda sea  comunicativa  o de   contención  que   conducen al protagonista a la depresión o a lo patético. También, la ausencia del dinero,  las frustraciones, el desamor,  la corrupción, etcétera,  son partes de ese esquema básico cuyo  objetivo es la crítica social.

     En estos recortes de definiciones y sutilezas del lenguaje de autores varios  que pretendemos usar como marco introductorio,  Rafael Monti nos sorprende con su nueva obra “BRUSELAS… MON AMOUR” que presenta   el viernes 09 de abril a hs.: 21:30,  en el Salón Auditorium Rafael Villagrán   (Avda. Belgrano 1349)  con las actuaciones de SUSANA COPA y JAQUELINNE MINATI. 

      La obra nace de un juego con el  absurdo y  narra el encuentro de INES  y MARIA MARTA (representantes del sindicato de extras) que  durante la filmación de un largometraje  esperan  su participación sin saber  de qué se trata.      INESITA  trabajaba en una obra en construcción y su único acervo es haber hecho de madre de Carlitos Balá en una gira por el interior, al   enfermarse Lita Landi, la actriz original.  Por otro lado,  MARIA MARTA,  enseña recetas de cocina magistrales y admira a 2 actores: “Tincho” y “El Alemán”, ambos totalmente desconocidos, pero de culto.  En un juego de estéticas entre el absurdo y lo grotesco sumamos a una serie disparatadas de enredos que conforman el contexto ideal  para homenajear los diversos programas y personajes del cine y la televisión argentina.

     Evidentemente, se utiliza el “encuentro”  para decirse verdades o cosas trascendentales producto de la  causalidad que  las  vincula  entre sí.  De esta manera,  los personajes  ingresan en un universo de juegos y de acciones inoportunas  donde  el público se somete a una incredulidad  arbitraria. Nada es verosímil,  no hay enunciaciones éticas ni  morales, ni recados para ser interpretados.       El público ríe pero  se cuestiona tornándose un público activo capaz de fabricar ese  ansiado espectáculo  alejado de las convenciones de una realidad que los atraviesa.   Del mismo modo, el tópico de la es­pera por algo que no se sabe bien qué es ni para qué sirve aparece en mu­chas obras maestras como  “Esperando a Godot”, de Samuel Beckett.  Ese desconocimiento no los hace indoctos sino grotescos, puesto que insisten en sus sitios sin saber por qué.  Entonces,  a través de la risa, se propone una reflexión sobre las situaciones absurdas que viven los protagonistas.

     En efecto,  incluyendo  al grotesco  durante este juego teatral,  podríamos expresar que en su sentido inmanente  reproduce una época de crisis colectiva donde las instituciones, las ideas y las pasiones se encuentran en  busca de un orden nuevo que sustituya el anterior. Además,  con una percepción particular  se  penetra en  las tradiciones y el orden convencional  permitiendo distinguir la naturaleza efectiva de las cosas  la cual se  llega a lo dramático a través de    lo cómico. 

     En este mismo sentido,  al preguntarle a Rafael  sobre estos tiempos que corren y todo lo relativo al proceso creador de su obra nos dice al respecto: “me parece que es el momento propicio para indagar con otra formas de lenguaje a partir del audiovisual y poco a poco retornar a los escenarios con proyectos minimalistas que no incluyan grandes elencos”.  Y más adelante:      Yo soy un escritor que trabajo solo, elaboro un texto sobre el cual se comienza a trabajar en los ensayos…  No obstante, la propuesta nació a partir de una necesidad de trabajo en conjunto con  las actrices (Susana y Jackie) que nunca habían trabajado con el dramaturgo Salteño. Los ensayos se llevaron a cabo por Zoom y luego con la  flexibilidad de la cuarentena continuaron en casa de Monti. Sobre esto la actriz Susana Copa agrega: a través de los medios tecnológicos no estoy  muy ducha y tuve  aprender…, se hace necesaria la presencia,  no es lo mismo hablar y conversar por zoom o videollamada, es  otra la energía… Y los teatreros no estamos acostumbrados, el comienzo fue un poco difícil.  Luego, participaron de la tercera etapa del “Plan Podesta” donde fueron seleccionados y cosechando éxitos y conquistando públicos…

     Así pues, cuando parece que no hay nada  qué conversar  o representar en el teatro en tiempo de  pandemia,   Rafael Monti nos presenta  esta pieza magistral de dramaturgia, síntesis del pensamiento de   Beckett: “No hay nada para expresar, nada con qué expresar… ninguna posibilidad de expresar, junto con la obligación de expresar.”  Allí  la  pluma de Monti  surge para hacernos pensar, para cambiar la situación y mantenernos en la búsqueda de una nueva forma de expresión dramática y otra concepción del mundo.